Diagnóstico de lipedema

 

¿Cómo saber si tengo lipedema? Síntomas, causas y solución

El diagnóstico de lipedema debe ser realizado por un médico experto en esta patología. Se precisa una adecuada historia clínica de la paciente: antecedentes, evolución, síntomas, etc. y un detallado examen físico que permita determinar si la paciente tiene lipedema o no. En caso de que el diagnóstico sea positivo, se debe detectar en qué grado de lipedema se encuentra y si se puede beneficiar de un tratamiento de lipedema quirúrgico con liposucción WAL o puede manejarse con tratamiento conservador.

 

El diagnóstico del lipedema se detecta fijándonos en varios puntos

¿Cómo puedo saber si tengo lipedema? Es muy fácil, si cumples seis de los puntos del listado que desglosamos a continuación, es muy probable que tengas lipedema. En ese caso, te recomendamos pedir una cita gratuita en nuestra clínica para valorar tu caso.

  • Herencia: puede tener familiares con una situación similar a la suya, incluso en la rama paterna.
  • Evolución: el cambio en la forma de las piernas comienza con la pubertad o se incrementa con algún cambio hormonal (embarazo, menopausia, píldora anticonceptiva, etc.)
  • Dolor espontáneo: nota dolor en brazos o piernas aun estando en reposo. Este dolor puede aumentar con el ejercicio e imposibilitar la práctica del mismo.
  • Dolor a la palpación: siente dolor cuando alguien se apoya en sus piernas o le agarran del brazo. Le parece ser mucho más sensible que el resto de personas.
  • Sensación de pesadez o de piernas hinchadas: puede llegar a sentir una sensación de pesadez y presión en piernas continuada que responde poco a medidas como elevar las piernas.
  • Distribución característica: presenta una clara desproporción entre piernas o brazos (con claramente mucho más volumen graso) y tronco.
  • Manos y pies sin afectación: a diferencia del resto de la extremidad, en pies y manos no se produce acúmulo graso.
  • Tendencia a los hematomas: Frecuentemente la paciente “encuentra” hematomas en piernas sin saber su origen o le aparecen con traumatismos de poca importancia.
  • Consistencia dura y nodularidad: la grasa de piernas o brazos tiene una consistencia más dura que la grasa abdominal y, en ocasiones, con nodularidad.
  • No respuesta a dieta: con las dietas, pierde volumen en cara, torso y pecho, siendo mínima pérdida en piernas o brazos.
  • No respuesta a ejercicio físico: con distintos tipos de ejercicio, aunque este sea constante y de intensidad, la pérdida de volumen es mínima en piernas o brazos.
  • Dificultad para el diagnóstico y frustración: frecuentemente ha estado mal diagnosticada y ha consultado a varios médicos. “Es genético”, “son piernas cansadas”, ″es por mala circulación”, “es obesidad y no hay un buen seguimiento de la dieta”, son diagnósticos habitualmente recibidos. Tras años de evolución de esta enfermedad puede sentirse muy frustrada e incomprendida.

Si cuenta con al menos seis de estas características es recomendable solicitar una valoración por un experto en lipedema para evaluar su caso y plantear el tratamiento más adecuado.

En caso de diagnóstico de lipedema y de ser necesaria una intervención quirúrgica para tratarlo mediante liposucción WAL es imprescindible realizar con anterioridad un ECO-doppler de miembros inferiores que descarte la presencia de varices de relevancia. En caso de estar presentes deberán ser tratadas por un cirujano vascular antes de la intervención de liposucción.

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